
El Corazón de Jesús es el Santísimo, la segunda persona de la Santísima Trinidad hecho hombre, que nos ama con corazón de hombre y a su lado se vive una vida muy dichosa; nos regala vivir con Él intimidad esponsal, y nos hace desear que todos tengan esta misma intimidad. Recemos unos por otros pidiendo a María que nos consagremos totalmente al Corazón de Jesús, que Ella nos haga siervos fieles de tan buen Señor, colaborando en la extensión de Su Reino y perfectos amigos de Jesucristo, para que en esa unión de «corazón a Corazón» reparemos las heridas que le han causado nuestros pecados y los del mundo entero.